JUL-170 Fingiendo dejarse caer la ropa interior, una mujer casada solicita el amor del dueño de una lavandería

Como un pervertido al que le gusta la ropa interior femenina, el dueño de la lavandería tiene la suerte de conocer a la lasciva señorita Yuki, una mujer casada que siempre está insatisfecha en la cama. Debido a que la lavadora de su casa estaba rota, cuando trajo ropa para lavar aquí, accidentalmente se le cayó la ropa interior sin prestar atención. Al día siguiente, tras la petición del dueño de la lavandería de ir a su casa para atender sus necesidades personales porque la tienda no tenía baño, descubrió su ropa interior en su cama. Esa noche ella vino e insistió en que lo dejara entrar a la casa para revisar la ropa interior. No podía ocultarlo, así que tuvo que decirle la verdad sobre su pasatiempo de mirar ropa interior. Sorprendentemente, no sólo no lo regañó ni sintió asco, sino que siguió queriendo mostrarle la ropa interior que llevaba en ese momento en su cuerpo, pero con una condición: ayudarla a satisfacer sus necesidades sexuales.